Hay
ciertos casos en los que la Terapia Asistida por Animales no puede ser
aplicada debido a determinados factores. Para saber si se puede
implementar, se debe de hacer una evaluación previa de los pacientes:
-El paciente no debe de tener conductas impredecibles que puedan dañar al animal o inducir una respuesta violenta de su parte.
-Aquellos pacientes con alergias o fobias a los animales deben de ser excluidos de la terapia.
-En los pacientes inmunocomprometidos están contraindicadas las sesiones.
-Los pacientes con heridas o quemaduras, éstas deben de permanecer cubiertas durante la sesión.
En
este tipo de programas terapéuticos existe cierto riesgo de mordeduras,
arañazos, aparición de infecciones, alergias y contagios por zoonosis;
aunque las probabilidades realmente son mínimas.
Los
programas de TAP deben desarrollar políticas de control y protocolos de
vigilancia, por parte de los cuidadores, terapeutas y personal
especializado.
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