Paro, una foca robótica empleada con fines terapéuticos
ha sido galardonada por el gobierno nipón en los Robot Awards 2006, celebrados en
Tokio.
La elección de una foca viene motivado para evitar que el paciente asocie el muñeco a una mascota fallecida.
El ‘animal’, que responde a su nombre y es capaz de entornar los ojos, agitar
sus aletas y emitir sonidos similares a los de una cría real de foca, está
dotado de sensores bajo su peluda superficie y tras sus bigotes que le permiten
responder al tacto.
De esta forma se emplea en sesiones de terapia destinadas a
ancianos y niños discapacitados.
Estos robots se utilizan para ayudar a los
pacientes a relajarse y a hacer ejercicio, aunque realmente no alcanzan los
beneficios de las terapias tradicionales con animales de carne y hueso.
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